Importante hallazgo sobre la astronomía de la edad de bronce en Europa, publicado por la Fundación Altura Patrimonio y el IFA
30 de julio 2024
Saqueadores y buscadores de tesoros descubrieron en el año 1999 un disco metálico enterrado durante la edad de bronce en un bosque cerca al pueblo Nebra en Alemania. Este “Disco de Nebra” contiene información astronómica: La Luna creciente, un objeto redondo relativamente grande y varios otros puntos mucho más pequeños repartidos en su superficie, algunos de ellos concentrados en un pequeño grupo de siete puntitos. La mayoría de los autores interpretaron esta concentración de los siete objetos como el cúmulo estelar de las Pléyades, mientras que consideran el circulo grande como el Sol, a pesar de que su diámetro es bastante menor que el de la “Luna”. El resto de los puntos aparentemente se refieren al cielo nocturno estrellado.
Estudiando estos antecedentes, el profesor Nikolaus Vogt del IFA y el investigador Juan Crocco de la Fundación Altura Patrimonio llegaron a una interpretación diferente: El grupo de las siete estrellas podría referirse a una conjunción de los cinco planetas Mercurio hasta Saturno, todos visibles al ojo desnudo, juntos con dos estrellas fijas. Una búsqueda sistemática con Stellarium llegó a una conjunción planetaria bastante concentrada a fines de abril del año 2210 a. C., junto con las estrellas Pólux y Castor (constelación de Gemini), completando así el número de siete objetos en conjunción. La Luna creciente está ubicada en forma parecida como lo muestra el Disco de Nebra, y el objeto grande circular se interpreta como una supernova brillante, apareciendo más o menos al mismo tiempo como la conjunción planetaria. La supernova podría coincidir con la fuente de radio 3C58 en la constelación de Cassiopeia, que hoy es una nebulosa remanente de supernova, con una edad de expansión ~4300 años, compatible con la época de la conjunción planetaria. Ambos eventos, la conjunción remarcable de siete astros y la aparición de una supernova más brillante que el planeta Venus, deben ser eventos únicos nunca vistos antes por observadores del cielo nocturno en la edad de bronce. Tal vez esto merece su eternización en un disco metálico aprovechando la tecnología de la época.
Los autores concluyen que el Disco de Nebra puede ser considerado como la primera publicación astronómica de la humanidad. Además, esta coincidencia, si es válida, permite la datación exacta de una supernova prehistórica con una precisión única, nunca lograda antes y de gran interés para la astrofísica de hoy.
El artículo “Does the Nebra Sky Disk encode an early Bronze Age report of a galactic supernova?” será publicado en la revista internacional Astronomische Nachrichten (Astronomical News).